Platero de Alcalá, plata de ley


Hacía algún tiempo que Rufina Sánchez me venía pidiendo algo del Platero de Alcalá, cantaor al que le tiene devoción desde la época que visitaba Mairena en cada acto flamenco que se celebraba.

Rufina es hermana del maestro cantaor Calixto Sánchez y además madre de uno de los mejores amigos con los que conté en mi infancia. ¡Cuántas veces me riñó, ella y madre del mismo nombre, por pisar los fregao o por darle un balonazo a alguna maceta del corral mientras su hijo Enrique y yo, dos pésimos futboleros, imitábamos a Kempes o Montero!

El caso es que me decidí a grabarle un Cd con algunas cosas del cantaor alcalareño, y al pararme a escuchar descubrí a un magnífico intérprete, y no es que no lo conociera, es que a veces uno corre mucho y ya se sabe, que el mucho abarca...

José Vázquez Vals (1912-1985) era el nombre de un cantaor payo, que como tantos, vivió un vida difícil y no acorde con su valor artístico, algo habitual entre los aficionados. Llegó a grabar con Niño Ricardo en el 29 y hasta el 72 no repetiría en esta ocasión con Eduardo de la Malena, continuador del primero.

Quizás su logro más conocido fuese competir con el gran Mairena en el concurso de la III Lave del cante y al que algunos dieron como vencedor moral del concurso cordobés. Es posible que los duendes se le enroscaran en la garganta aquella noche, pero el fallo no podía ir sino a las manos del rey del cante que supo encumbrar aquél galardón a cotas insospechadas. Eso no resta mérito al Platero, que escuchando sus grabaciones, uno piensa que la afición flamenca nunca fue justa con él.

Su interpretación de las alegrías de Córdoba están musicalmente por encima de otras que se vienen poniendo como ejemplo de forma recurrente como la de Onofre o Curro de Utrera, y su forma de afrontar el cante por soleá de Alcalá es preciso y precioso, sin lugar a concesiones. Otro ejemplo más de la sabiduría popular, del artista cuasi anónimo y de la belleza de lo vivido, de lo sentido.

Sé que su nombre artístico le viene de su padre, joyero, pero me gusta pensar que la plata, era el metal de su garganta y que en cada tercio de cada cante lo convertía en una joya, que vendió a precio de bisutería, y que sigue conservando su brillo.


2 comentarios:

  1. ¡Cuánta razón tienes!

    Uno más de los muchos cantaores que no fueron bien tratados en vida y casi olvidados tras su desaparición.
    Yo también traté de poner algo de mi parte para recordarlo:

    http://pedelgom.blogspot.com/2010/02/platero-de-alcala.html

    Saludos flamencos

    ResponderEliminar
  2. Al menos goza del respeto de los buenos aficionados como tu, Pedro, un saludo a la vecina extremadura.

    ResponderEliminar