Luís de la Pica, el poeta bohemio




A las 7 de la mañana no son horas de escuchar flamenco, a no ser que no hayas pasado por el sobre todavía, claro está. Pero es que, el Herrera no para de recordarme que nos bajan el sueldo, así que camino de mi trabajo, he conectado el mp3 y justo, una sonanta acompasada a ritmo de jerez por bulerías, da la entrada a una voz que me resulta amiga, el cante del corazón de un poeta, instalado en la bohemia de vivir la vida en modo flamenco.

Confieso que, este disco nunca lo quito de la memoria del aparatito de escuchar, es como un refugio para el espíritu. Nunca fue un gran cantaor,ni su timbre, ni sus cualidades musicales le permitían llegar a un público masivo. Sus armas se basaban en el compás de ritmo pausado, las maneras interpretativas y la carga emocional de sus letras.

Corazón a compás de corazón, sin correr, despacito, hiriendo, arañando y arañándose a sí mismo. Pasota de la vida, comprometido con su pensamiento, qué difícil y que sencillo. ¡Qué importa el 5% sí, en mi coche está recitando cante, el bohemio del flamenco!


Ay te quiero
pero me da miedo
que el amor siga creciendo
y creciendo
y cuando más alto esté
venga el orgullo jugando
y lo rompa sin querer.

No siento que te vayas
lo que siento es que te lleves
las tiritas de mis entrañas.

Me tenía que haber muerto
que no haberte a ti conocío
y no aberte conocío
de pensar lo que a mi me pasa
hasta el sueño yo lo he perdío.

La noche se viste de corinto
y yo me visto de hombre
y tú, de los besos míos.

Se fue la primavera,
se fue la primavera
dejando entre tus labios
besos que se queman
jara y jazmines de la alameda

La tarde se pone
su túnica roja
bordá en sangre
con hilos de sombra.

En las azoteas
la luna triste se pone
su velo de novia.


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