¿Somos o no somos andaluces?
Interesante cuestión la que se planteaba Don Luis Caballero Polo allá por el año 73 cuando editó su primer libro en forma de ensayo. El señor Caballero forma parte de aquellos artistas que teorizaron sobre el cante en plena revalorización del flamenco. Con más o menos acierto, Luis, camarero del Alfonso XIII y natural de Aznalcóllar, dejó impreso su pensamiento y conocimientos sobre la materia jonda y ahora, casi 40 años más tarde la federación de peñas flamencas de Sevilla nos ofrece una edición comentada y anotada por Eduardo Pastor y Pablo Parrilla del aquel "¿Somos o no somos andaluces? (De la verdad y la mentira del cante)". Un pequeño libreto tratado con cariño y devoción al cantaor-pensador Luis Caballero, que además nos regala un Cd de cantes inéditos del propio autor que nos acercan a un cantaor de ritual capaz de enamorarnos a través de una preciosa tanda de fandangos, posiblemente lo mejor del documento sonoro.
El de Aznalcóllar fue un andaluz universal que criticaba los defectos de su patria y luchaba por superarlos, paso hambre, perdió a su padre en la Guerra Civil, trabajó de camarero desde los años 30 y terminó escribiendo en prensa y editando libros sobre la seña cultural de un pueblo.
Cambio de tercio
Si escuchara las lindezas que sobre su tierra nos escupen los líderes catalanes comprobaría que tampoco hemos avanzado tanto y a lo mejor encontraba respuesta a su pregunta; ¿Somos o no somos andaluces?
Que digo yo, que si con lo que se cobra del PER da para la hipoteca, la luz, el agua, la letrita del coche, el puchero, la guarde de los niños, la gasolina, la contribución y poder llevarse cada mañana en el bar con tu tabaquito y tó. Seguro que el señor Durán y Lérida imagina en su catalanita cabeza que los andaluces preferimos hacer prestidigitación con cuatrocientos pavos antes que ocupar un puesto en La Caixa, currar en la industria del automóvil catalán (por cierto bastante subvencionada) o dirigir el Palau de la música, ni desde luego cobrar por redactar discursos xenófobos en la suite del Hotel Ritz.
Y no duda que cuando los andaluces dejan a sus padres, hijos, recuerdos y cultura detrás de sí para marcharse al sur de Francia como vendimiador, a Inglaterra como enfermero o a su propia tierra catalana, catalana, a cargar textil, en el fondo no busca más que encontrar nuevos bares donde pasar la mañana emborrachándose hasta no entenderse ni como habla, ¿eh, señor Mas?
Cuidado con estos malages que, al contrario de lo que creemos, no lo hacen por insultar, los políticos no son tan claros, detrás hay intereses ocultos que juegan en nuestra contra, claro.
Acabo el artículo felicitando a la federación sevillana y a Pastor y Parrilla por tan elegante trabajo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No estan haciendo más que seguir la misma estrategia que cuando estaba Pujol de Presidente.
ResponderEliminarCrear enemigos y conflictos para fomentar la unión entre ellos. Cuando el conflicto está fuera de casa, no hay conflicto en casa ya que todo el mundo mira hacia fuera!!! para finalmente acabar creyéndose su propia mentira.
Cuando un politiquillo de éstos lanza una afirmación de este calibre no lo hace de forma fortuita ni improvisada, detrás existe una intencionalidad bien estudiada.
ResponderEliminarTenemos mucho que arreglar y deberíamos prestar atención a los que defraudan con el PER(que los hay y muchos), entre otras cosas, e intentar dedicar nuestros recursos en crecer y sobre todo no dejarnos pisotear por nadie.