Un mañana en Pemartín



Llevaba algún tiempo queriendo visitar el Centro Andaluz de Flamenco (CAF) con la intención de consultar la hemeroteca flamenca con la que cuenta y que incomprensiblemente no se puede acceder a través de internet.
Rebuscar información entre papeles viejos es una afición que desde hace algún tiempo cosecho. Me reconforta descubrir que lo que me cuenta la gente sobre algunos asuntos no se corresponde con lo que reflejan los periódicos o revistas de según que época, y como, los que hoy dicen diego antes decían digo, actitud por otra parte, bastante respetable (no creo mucho en las gentes de ideas fijas).
Después de dar 1.500 vueltas por el centro de Jerez obedeciendo al GPS de mi móvil, me decidí a aparcar y buscarlo como si fuera a Roma, encontrando el palacio de Pemartín, edificio que aloja al CAF, en cuestión de minutos.



Tras atravesar el patio de bella estructura del palacio subí al primer piso, donde se encuentra la biblioteca y el punto de información. Me dio la bienvenida Manuel Torre en óleo y fui descubriendo láminas y cuadros con motivos flamencos de siglos pasados.
Me introduje en una sala repleta de ordenadores con conexión a internet donde se podía consultar los archivos sonoros con los que cuenta el centro. Únicamente éramos tres aficionados en la sala, y de los tres una japonesa, que no se movió de la silla en toda la mañana, incluso llegué a pensar que estaría subvencionada por la consejería y que era la misma nipona que encuentras en cada acto relacionado con el flamenco al que asistas, en cualquier parte del mundo incluido el Viso.
Me atendió una señora de una forma muy correcta, accediendo a cada petición mía con agrado, cosa excepcional en los lugares públicos, sumándose otra señora que parecía ocupar un puesto superior a la primera y que, igualmente se interesó por mis solicitudes de una manera diligente.



El momento más emocionante de la visita tuvo lugar en la biblioteca en la que pude observar una cantidad enorme de libros de flamenco, donde seguro se encierra mucho de la historia del cante, baile y toque flamenco, causándome un sentimiento de envidia, sobre todos hacia aquellos que tenían acceso a tan ingente número de escritos a su alcance, por un momento, quise ser jerezano del barrio de Santiago y llevarme un saco de dormir a ese templo literario para pasar una larga temporada.



Por los pasillos descubrí un mueble repleto de cajas de cilindros de cera que llamaron poderosamente mi atención, imaginando a aquellos flamencos grabando uno a uno, con la cabeza metida dentro del magnetofón, los cilindros de cera que luego algún señorito escucharía en un bonito salón con una taza de té.
Por último, pregunté por Don Juan de la Plata que tiene el despacho de la cátedra de flamencología en el mismo edifico pero no se encontraba, y visité una exposición de pinturas con retratos de clásicos flamencos como Antonio Mairena, Antonio Chacón o Tomás Pavón.
En definitiva, me resultó positiva y agradable la visita, sobre todo en el trato, todo gratuito, así que gracias y espero volver pronto, de camino a casa me puse el cante por soleá de la Fernanda y pensé que esa forma de quejarse seguro que no la explica ningún libro del CAF,...todavía conservo en mi cama el hoyito que dejó...

2 comentarios:

  1. No sólo tienen TODOS los libros que se han publicado entorno al flamenco, sino que tienen TODAS las grabaciones sonoras y vídeos que se pueden conseguir.

    Cualquier investigador tiene que pasar allí muchas horas, y es una delicia tratar con las chicas que llevan aquello desde hace muchos... directores/as del CAF.

    Saludos para Ana María Tenorio, alma del Centro de Documentación.

    Salud para los trabilitranes.

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  2. Totalmente de acuerdo, Porverita. Es una gozada para los aficionados al cante y al conocimiento, un templo de datos jondos, y como bien señalas, con una atención exquisita.

    Por cierto enhorabuena por recordar un cantaor de culto como Gaspar de Utrera en tu blog, en mi caso es auténtica devoción la que siento por este artista de una de mis zonqas cantaoras preferidas.

    Un saludo y buena feria que ya sé que tenéis flamenco a diario.

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