Lola Flores, flamenca!
Fíjense, en el siglo XVIII, Jerónimo de Alba y Diéguez, dejó un manuscrito con orden de no editar, hablando entre otras cosas de los gitanos que bailaban como profesionales acompañados de guitarras y tamboril, algunos de los bailes prohibidos como el manguindoi por lo atrevido de la danza, o de los cantes llamados "quejas de galera".
En una edición facsímil del "Libro de la gitanería de Triana", que era el título de tan esclarecedor escrito, se acompaña el texto, de un cartel anunciador de bayles de jitanos en una venta cerca de Lebrija en 1781 con el siguiente texto:
"El demonio (se refiere a la tentación) duerme en el cuerpo de la jitanas y se le despierta con la zarabanda (baile), 1781.
222 años más tarde, en Jerez de la Frontera, nace una de esas artistas inmortales, María Dolores Flores Ruíz, Lola Flores, a la que, según la prensa norteamericana, más sin saber cantar ni bailar, no podían ni debían dejar de ver.
Después de 15 años sin la faraona sigue muy presente en nuestra cultura, dejó tras de sí una saga de artistas que hicieron bien en no seguir su estela porque era inimitable y la derrota estaría asegurada.
En su cuerpo dormía el demonio, la tentación y se despertaba con su baile, su volar de manos revolviéndose hacía el infinito del arte.
Lola era aquella gitana del siglo XVIII y será la gitana, la flamenca del siglo XXX, en ella se concentra todo lo que Jerónimo quería definir sobre la gitanería de Triana. Aquella Triana madre, en parte biológica, en parte adoptiva, de la música, cante, toque y del baile flamenco.
La Lola no se ha ido por los mares, la Lola, nunca se quedará sola...ulerele, ulerele, ulerelé!!!
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Pedazo de artista, inolvidables sus actuaciones junto a otro de los grandes, Caracol!
ResponderEliminarLlevas razón, la faraona dejó momentos muy flamencos aunque no la podemos catalogar como artista de este género, lo que no se le puede negar es su genio ni ingenio dentro del arte andaluz
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