El último viernes de agosto tuvo lugar la 51 edición del concurso de concursos, tal como era conocido el de Mairena durante muchas décadas. Cierto es que desde hace años el interés por este certamen ha ido menguando, como por casi todos los concursos, y realmente con alguna proyección mediática quedan el Nacional de Córdoba, la lámpara minera y el de Antonio Mairena. La profesionalización del concursante-cantaor y el mediocre nivel artístico reinante en la actualidad ha contribuido a la depreciación de los mismos pero su importancia sigue siendo vital para la formación y carrera de la nueva generación de cantaores.
Con todo el de Mairena consiguió reunir una más que digna final con artistas consagrados en este mundo con mucho que decirnos y que tenían el deber de valorar en su justa medida un prestigioso jurado compuesto por Fernando López, Antonio Morillo, José Gómez "El Ecijano", Quique Paredes y Luis Heredia "El Polaco".
Manuela Cordero se alzaría con el primer premio Antonio Mairena por soleá y seguiriyas convirtiéndose en la segunda mujer en conseguirlo en la historia tras Nazaret Cala y superando en las tablas del gran auditoria a Juan Antonio Camino y un excelente cantaor como Rubio de Pruna.
El premio Casa del Arte Flamenco lo consiguió Juan Miguel Barquero, sin más.
De las manos del propio Calixto Sánchez recibiría el galardón que lleva su nombre y que ocupan los cantes de Levante y malagueñas Pastora Olivera.
Aun quedaría el premio Manuel Mairena para intérpretes menores de 20 años que se fue a parar a Gines de la mano de Manuel Jesús García.
Por tercer año consecutivo tuve el honor de presentar el histórico concurso mairenero y por esto mismo y formar parte de alguna manera en su organización no quiero entrar en más valoraciones
Cabe destacar la excelente noche que nos regalaron las guitarras de Manuel Herrera, Niño Elías, Antonio Migueles y Antonio Moya. La Casa del Arte Flamenco Antonio Mairena rindió justo homenaje a Don Antonio Reina por su labor en favor de la cultura flamenca a través de su cargo como presidente de la Fundación Antonio Mairena o su trabajo como coleccionistas de disco de pizarra.
Al final de la noche y mientras se deliberaba, el espigado gaditano, El Junco, nos regaló una acompasada actuación llena de gracia y flamenquería que remató a compás de bulería gaditana de su propia garganta.
Felicidades a la Casa del Arte Flamenco por seguir en la lucha y poniendo todo la ilusión por engrandecer este magno acontecimiento. Galería fotográfica. Nacho Vieira
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