El Chocolate te hace feliz




80 años hubiera cumplido hace dos días, Antonio de santísima Trinidad Núñez Montoya, Chocolate, sino fuera porque la parca se lo llevó un 19 de julio de 2005, aunque ya llevaba meses rondándolo.
Está encuadrado entre los cantaores con soníos gitanos, negros o flamencos según el gusto de los estudiosos, siendo su mayor peculiaridad la rareza de su personalidad y no solo cantaora.
Jerezano de nacimiento, es considerado un cantaor sevillano, tanto por su pronto traslado a la tierra de la giralda como por su formación artística siempre en conexión con la Alameda, Triana y La Macarena, personificado en los nombres de Pepe Pinto, Pastora Pavón, La Moreno, El Gloria o el propio Vallejo, aunque su impronta queda fijada por la figura del cantaor Tomás Pavón, el de la ligazón de tercios y fuelle interminable.

Desde chinorri se ganaba la vida a base de fandangos por las bares sevillanos pasando el plato con el suficiente éxito para que se olvidara del fútbol su gran pasión.
Debuta en Melilla, en el teatro Zorrilla para pasar a los tablaos sevillanos y madrileños como el corral de la Morería donde coincidía con su cuñado El Farruco. Tras el paso por distintas compañías le llega su mejor momento artísticamente hablando, la etapa de los festivales flamencos, en los que se convertiría en un fijo, en una auténtica estrella gitana interpretando de forma permanente los mismos palos que el público pedía año tras año. A veces no hay que ser un cantaor largo sino excepcional en algo, y Chocolate lo era en muchas. Sus tarantos y seguiriyas de Manuel Torre pero estructuradas bajo los cánones de Tomás, su cante por soleá, principalmente para mi gustito, la de Triana, las alfareras, con esos bajos nasales, metálicos con el sonío de la campana gorda y muy significativamente los fandango, que el mismo bautizaba como chocolateros, que se refiere más a una forma de afrontar, de atacar el cante que a un estilo propio con melodía nueva. No hay que obviar que en su basta discografía dejó impresos la mayor parte de los cantes.
Su formación personal y artística hay que estudiarla desde un punto de vista histórico-social para comprobar que nunca se volverá a repetir una figura como la de Antonio, no es posible.

Su cante iba en busca de los duendes, de la magia a fuerza de sonido, de entrega, de escuela, su vida la representaba en el pentagrama etéreo de la noche andaluza. Su patria le otorgó la Medalla de Andalucía que junto al II Giraldillo tras el de Calixto son los premios más significativos con los que contó.
Yo siempre supe que el Chocolate segregaba endorfinas placenteras en nuestro cuerpo, en nuestra mente y que nos hace feliz, los investigadores han llegado tarde.

4 comentarios:

  1. Ole los cantaores valientes!

    Pedro, regalanos algo de Calixto, ¿no?

    Un saludo

    El blog es fanstastico

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  2. Ole, ole. El próximo programa de trabilitran será un monográfico de este exepcional cantaor. Lo de Calixto será algo más que un regalo, estoy cocinando un proyecto que espero salga bien, ya te contaré ídolo.
    Un abrazo y gracias por tus alagos

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  3. Me parece estupendo. El sábado, en la radio de la obra, tendré puesto tu prográma a eso del Angelus.

    Un saludo

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  4. lo dicho, aunque la maquina esta con letras me quira llamar anonimo

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