Manolito de María, la cueva del lamento
Cada vez que mi amigo, Jose Manuel Chato, recuerda lo aficionado que soy a esta música flamenca, me pregunta; "¿Tienes algo de Manolito de María? Ese es el cantaor que más bien ha cantao de todos los que han pasao por Mairena, ¡qué compás! ¡qué arte más grande!"
Manuel Fernández Cruz, es el autor de una de esas frases míticas que forman el glosario de citas románticas dentro del mundo jondo: "Yo canto porque me acuerdo de lo que he vivido"
Gitano alcalareño, sobrino de los grandes soleaeros de la ciudad de lo panaderos, Joaquín el de la Paula y Agustín Talega, era primo de Juan Talega y Antonio Mairena.
Nació en 1904 y antes de cumplir los 60 años en 1963 feneció tras una vida de penuria, jornales, gracia, gitanería y humildad.
El del sombrero en la foto, nuestro protagonista con Edgar Phoren.
Habitaba en una de esas cuevas camino del castillo que corona la ciudad y que tantas letras por soleá ha inspirado.
Es uno de esos cantaores para los aficionados rancios, los que valoramos el cante como medio de comunicación con el medio y con uno mismo, aprendido de forma vivencial, sin academicismos, flamencos que se impregnan de compás y cantan sin estar pendiente de él, expresan como el acertó a decir, lo que han vivido, no le damos importancia al timbre de voz o a los tonos, solo a la comunicación, al placer, al dolor que una voz quejumbrosa puede provocar en tus adentros.
Es posible que de lo que se acordara Manolito de María no fuese solo penas y fatigas porque su cante por bulerías, la gracia que derramaba hacen pensar que no siempre los más desfavorecidos son los más infelices. Asociar la abundancia con la felicidad es uno de los males endémicos de esta sociedad o posiblemente de la naturaleza humana.
El arte te hace sentir, y también pensar, así que este gitano de cueva es un pedazo de artista que gracias a flamencólogos como Caballero Bonald en su "Archivo de cante Vergara" podemos, hoy, benenciar su cante.
Y todavía más, hace poco asistí a un recital de un niño de 12 años que su garganta parece guardar toda la cultura flamenca de Écija, Kiko Peña, que tuvo otra forma de cerrar por bulerías de Manolito...padre nuestro que estás en los cielos...
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