Sevillanas: Historia, memoria y Mairena.

A punto de comenzar la madre de todas las feria. Gloria a Mary Guillén por ppregonarla y, como diría Ortiz Nuevo, que Mairena abra sus balcones a la alegría.


“Mi madre me dijo a mi que cantara y no llorara”.
Pastora Pavón “Niña de los peines”

El estilo musical de la Sevillana hunde sus raíces allá por el siglo XVII y según la mayoría de los expertos deriva de la seguidilla castellana y manchega, baile que tomó su nombre de la estrofa literaria homónima. Sus coplas siguen la métrica de éstas y su baile ha ido evolucionando en el tiempo hasta convertirse en lo que hoy conocemos como sevillana clásica. Su relación en el siglo XIX con la danza bolera y la de palillos terminaron por estructurar un baile por parejas que se interpreta en series de cuatro separadas cada una por una posición de baile conocida como “bien parao”.

Las letras populares que durante más de un siglo se cantaban para el baile por sevillanas dejarían paso ya a partir de la década de los 60 del siglo XX a las coplas de autor, comenzando la fiebre por las sevillanas a la que contribuyeron grupos tan conocidos como Los Hermanos Toronjo, Los Hermanos Reyes, Los Romeros de la Puebla o El Pali.

Hoy día las sevillanas siguen gozando de buena salud y aunque tuviera un pasado glorioso, en los 80 y los 90, en la que sus coplas eran número uno en las radiofórmula de España y en la venta de discos, aún siguen siendo reclamo en las escuelas de bailes de toda la geografía nacional.

Pero lo que resulta curioso es la cantidad de letras de sevillanas que forman parte de la memoria colectiva, letras con las que hemos soñados amores nuevos, añorado tiempos remotos, llorado a nuestros dioses y bailado mil y una vez en cada feria, en cada romería o en cada fiesta popular del sur. Letras que dormitan en nuestro subconsciente y que al despertar provocan sentimientos y emociones ancladas en nuestra biografía vital y si no, a ver quien no reconoce en el siguiente relato decenas de ellas:


“Yo soy del sur y tienes que comprender que las sevillanas forman parte de mi vida. Ya está aquí la primavera y con ella el mes de mayo y el cuerpo me pide a bailar y a bailar… ¡Viva mi Andalucía y olé, viva mi pueblo! Aunque lo jueces me condenaron por una mala partía, soy libre, ya que soy libre para soñar, como la margarita, con la historia de una amapola como diría la leyenda mora de las flores de Sevilla. Las sevillanas llegaron a ti Sevilla desde las tierras extrañas, bueno no tan extrañas, a través de la seguidilla manchega aunque ya en siglo XVIII se usa el término de sevillanas. No sería en la Pila del Pato ni en el Corral del Conde sino en El Arenal donde bailaban a coro a partir de aquel siglo. Su relación con el bolero en el XIX y su aflamencamiento hacen que Sevilla tuviera una niña y le llamaran “Sevillana”. Desde entonces va Carmen la cigarrera pregonando por las calles que la Toñi y la Malena ya están bailando con unos palillos de cintas colarás por no acordarse de los ojos de su amante que son como espadas. Un cartujano pintor de lozas que le tiene celos a la puerta de Toledo. Y es que el amor es un viento que igual viene y se va, como los suspiros de mujer que lleva el viento…¡Ay! Si te pudiera decir lo bello que es el amor te enamorarías de un cielo de farolillos que va alumbrando las calles, las calles de la feria de Mairena, la que guardo en las entretelas de mi sentío.”



Letras alusivas a la madre de todas las ferias que han sido:


Con el murmullo de feria
dormido yo me quedé
Tanto anduve por Mairena,
recuerdo que me entró sed
Y en mis sueños me paraba
en la fuente de Alconchel.

Despierto soñando,
de noche o de día
Lo mismo me da
Mairena y su feria
Pa’qué quiero más.

Autor: Modesto Medina

Tiene mi gente querencia
a Mairena por dejarle
a su feria como herencia

Cinco siglos de mercado
de chalanes y tratantes
son cinco siglos de gloria
hechos de flamenco y arte.

Los molinos de testigos
con el Castillo de Luna
gritan a los cuatro vientos
como esta feria ninguna.

Farolillos de lunares
mantoncillo reliao
¡que estas Feria de Mairena
a mí me tiene embrujao!


Autor: Pedro Madroñal, Tony Sutil y DOmingo Rodríguez.