Va por ellos, va por nosotros

Muchos de los aficionados al cante además lo somos del fútbol y además nos sentimos españoles, no solo en estos instantes, también cuando defendemos nuestro país en cualquier disciplina deportiva o demás facetas de la vida en la que nos comparamos con otras naciones.
Pero es el momento del deporte rey y del rey del deporte, la roja, que ha conquistado medio mundo a base de talento, fuerza, esfuerzo, humildad y entrega en equipo.
En cada cita europea o mundialista terminaba prometiéndome a mismo que no volvería a ilusionarme con la selección que no hacía más que ofrecernos sinsabores y decepciones, juramento que traicionaba para la siguiente edición.
Pero cuando la desidia, la desesperanza reina en muchos hogares e impregna la sociedad española de tristeza y de negatividad, como patadas diarias en el pecho, el fútbol, la selección de los bajitos lo pinta todo de amarillo y rojo, de orgullo, de felicidad y nos vuelve majaretas porque es sólo un deporte pero es mucho más que eso, es comprender que este país vence a su historia, acaba con la maldición de segundones para convertirse en príncipe de Europa y rey del mundo del balón. ¡Viva España! ¡Viva Albacete! ¡Viva Señor y Luís Enrique y Caminero y Michel y Eloy y Joaquín y Zubi y Raúl y Del Bosque! ¡Y olé!